10 abril, 2011

Esperando la carta (cuarta parte)

La sesión se reanudó, Víctor, callado y ensimismado en sus pensamientos, ya las esperanzas se habían acabado; Elina, con el corazón afligido; Osmán, con el sabor amargo de la derrota; Darío, altanero, sintió la satisfacción de llegar a una resolución, que en su mente ya había sido tomada.

El momento había llegado: Darío declaraba culpable a Víctor del asesinato del marqués Huberto. El dolor de la cárcel sería superable si es que Víctor no hubiese perdido el amor de Beatriz...

Después de leer la carta Víctor fue a un bar donde encontró a Huberto tomando y riendo con unos amigos, (si el marqués no hubiera visto a Víctor o si es que Víctor no hubiera ido al bar, el presente de ambos sería distinto), éste percatándose de Víctor gritó: “Allí está el campesino, la lacra, el que intentó robarme a Beatriz” El joven se contuvo, no le prestó atención y estaba a punto de marcharse, pero Huberto gritó nuevamente: “No te vayas, quédate, te enseñaremos a ser persona, quizás tu madre no te lo enseñó, porque estaba ocupada con sus amantes, ja ja já” Víctor corrió y se abalanzó contra Huberto, quien cayó contra la barra del cantinero, murió en el acto. Los amigos del marqués le gritaron: ¡asesino! El joven sólo atinó a correr.

Pasó un día y Víctor sabía que lo encontrarían, que lo único que podía hacer era cumplir su condena, pero lo primero, era escribir la carta a Beatriz. Y cuando la terminó se la dio a Maciel, su criado, quien en seguida fue a entregarla, pero Habib, hermano de Huberto, lo interceptó y le pagó para que se la entregara.

He aquí el porqué Beatriz recibió otra carta, he aquí el porqué abandonó a Víctor. El joven, en su carta, le había dicho que estaba en un problema muy grande y no podía ir a verla, pero que sí ella aún lo amaba lo esperara y respondiera a su carta. Pero, Habib copió la letra de Víctor y en la nueva carta le hizo saber a Beatriz que lo único que le interesaba de ella era su dinero, además, que como ya no podría estar con ella por la distancia, había buscado y encontrado a alguien con más dinero que ella. Esto quizá no hubiera sido asimilado por la joven, si es que en la carta no hubiese habido dinero, el cual era por los servicios prestados hacia Víctor.

Es así como Beatriz lloró amargamente y a kilómetros de distancia de igual forma Víctor.