30 junio, 2010

A seguir buscándola, pero ¿hasta cuándo?


TERCER ACTO

EL TELÓN VUELVE A ABRIR, LA ESCENA SIGUE IGUAL COMO SE QUEDÓ EN EL ÚLTIMO CIERRE.

Alice (INDIGNADA). Tenía que suceder esto, ¿el miedo pudo más que nuestro amor?

Adrian. No lo malinterpretes, por favor, te amo, pero con el filo de una navaja no se puede pensar con claridad.

Thomas (SONRIENDO). No hay mal que por bien no venga, y quizás lo que ve aquí usted señorita sea lo que verdaderamente es su galán, un completo cobarde. Ahora ya puede vivir mejor, sin él... pero, pasando a lo que verdaderamente importa, respóndame joven, ¿a quién dejo vivir?

Adrian (TRAGANDO SALIVA). Ya se lo dije, y veo que tendré que repetírselo: No me haga daño, que si por usted no fuera ni por el destino cruel, aún me faltaría un extenso camino por recorrer.

Alice (GRITANDO). ¡Cobarde! ¡Cobarde! ¡Cobarde!

ANTE ESTOS GRITOS HACE SU APARICIÓN, POR DETRÁS DE ALICE Y ADRIAN, FABIEN QUE VA CON UNA SONRISA DE SATISFACCIÓN MEZCLADA CON TRIUNFO.

Fabien. Se ve aquí que verdaderamente no hay amor. No existe excusa alguna para abandonar al supuesto amor de tu vida... ah, ¡muchas gracias Thomas, amigo mío! ¡Te luciste, sé que serás algún día un buen actor! Por lo pronto ten tus primeros honorarios.

Thomas (RECIBIENDO EL DINERO DE FABIEN). Bueno mis servicios se han acabado por ahora, así que me despido, ¡ojalá que logres conquistarla de una vez por todas!

Adrian (SUJETANDO EL HOMBRO DE THOMAS). ¡Un momento, ruin! ¡Canalla! ¡Así que esto ha sido planeado por este otro canalla!... Mi amor perdóname, tú sabes que yo te quiero, tú sabes que...

Alice. Callaos, porque lo que tú eres verdaderamente se ha dejado ver, un cobarde.

Adrian (SOLTANDO A THOMAS) Pero, todo ha sido una trampa, todo ha sido planeado por él, debes comprenderme.

Fabien. Pero, ahora debes ver que esto se podría repetir, y el resultado sería el mismo: él abandonándote a su suerte. Debes darte cuenta

Alice. (INTERRUMPIENDO A FABIEN). ¡Callaos los dos!, no me quedaré con ninguno. ¡Los dos son ratas del mismo muladar! Tú Adrian por ser tan cobarde, y por insultar a la dama, que según tú, era para toda tu vida, de la forma más humillante. ¡Y tú Fabien, porque lo que has hecho aquí me ha curado la ceguera, mas el fin no justifica los medios, y eso para mí es ley!

Grupo de alcohólicos. ¡¡¡Uuuuuuhhhhhh!!!

Adrian y Fabien (EN CORO). Pero, pero...

Alice. Si los peros o las suposiciones valieran en la vida, no habría tantas guerras, no habría tantos muertos, ¡me quedaría con los dos! mas no es así, y no lamento deciros: ¡Adiós para siempre!

Adrian y Fabien. ¿Y qué nos queda ahora?

Thomas. No sé ustedes, pero yo me voy con la dama. Su silueta perfecta, su cuerpo esbelto, ha atrapado mis ojos y mi cuerpo.

Grupo de alcohólicos. ¡¡¡Ooooohhhhhh!!!

Adrian y Fabien. ¡¿Qué?!

Alice. No tendrá más valores que ustedes, pero de ustedes... ¡de ustedes ya me cansé!

ALICE Y THOMAS SALEN DE LA ESCENA DESPIDIÉNDOSE DEL GRUPO DE ALCOHÓLICOS.

Adrian. Mi nuevo amigo, parece que el tiro te salió por la culata.

Fabien. No tienes que decirlo. Pero, no te ves enojado.

Adrian. ¡Claro que no! Yo soy joven, y no debo preocuparme de encontrar a otra bella que adolezca de inteligencia, porque ésta me salió astuta.

Fabien. No sé por ti, pero yo la seguiré buscando, no sé hasta cuándo. Bueno me despido, hasta la próxima vez que se encuentren nuestros caminos. ¡Adiós!

Adrian. ¡Adiós! (DIRIGIÉNDOSE AL PÚBLICO). Pobre tonto, no sabe que jamás le hará caso, que ¡de mí sólo estuvo enamorada!

Fabien (CORRIENDO GRITÓ A LO LEJOS). Por cierto, tú eres el vigésimo galán que supuestamente ganó su corazón y esta es, por cierto, la vigésima vez que arruino su relación.

Adrian. ¡¿Queeeeeeeeeeeeeé?!

SE CIERRA EL TELÓN

A seguir buscándola, pero ¿hasta cuándo?


SEGUNDO ACTO

EL TELÓN SE ABRE. El AMBIENTE ES OTRO: LA NOCHE YA HA LLEGADO, Y CON ELLA LOS QUE NO QUIEREN SER VISTOS A LA LUZ DEL DÍA, LOS INDESEABLES DE LA CIUDAD. ADRIAN Y ALICE CAMINAN JUNTOS EN UNA CALLE DONDE HAY UN GRUPO DE ALCOHÓLICOS, HASTA QUE UN DESALIÑADO JOVEN LOS INTERCEPTA.

Adrian. Por fin nos hemos librado de ese fastidio.

Alice. Yo no estaría tan segura. Él es obstinado en demasía, pero me resulta extraño que él no nos haya seguido.

Adrian. Por ello te digo que ya se cansó. Por fin le hice ver que tú no eres para él. Que eres y serás por siempre mía.

Thomas (SALE DE LAS SOMBRAS E INTERCEPTA A LA PAREJA) ¡Eh! ¡Ustedes! ¿Valoran su vida? ¿Le dan la suficiente importancia? Es decir, si yo les pidiera en este instante que me entregasen todo lo material ¿lo harían por conservar su vida?

Adrian. Pero, ¿qué preguntas son esas? ¿Acaso intentarás robarnos a mano limpia? Porque si es así, te advierto que sabré defenderme y defender a mi amada.

Thomas (SACANDO UN CUCHILLO LOS AMENAZA). Lamento deciros que no lo atacaré a mano limpia. Yo pensaba que su respuesta sería la de la inteligencia, pero veo que no es así. Entonces, ¿qué espera para darme su dinero?

Adrian. (ANGUSTIADO). Su forma de hablar, su léxico, me crea una gran duda: no creo que usted sea un ladrón, porque educación a la hora de hablar le sobra.

Thomas (APUNTANDO CON EL CUCHILLO). Acaso, ¿usted no ha visto que hombres y mujeres de alta sociedad roban, que no se apegan a las leyes, que...? ¿Para qué hablo con usted de eso? ¡Deme ya el dinero!

Adrian (TEMBLANDO). No... no me haga daño, por favor, déjenos, le daremos todo lo que quiere.

Grupo de alcohólicos (GRITAN EN CORO CON DESCARADA IRONÍA). ¡Qué valentía la de este muchacho! ¡Jamás habíamos visto a hombre como éste!

Thomas. El hecho que usted tiemble no me conmueve en lo absoluto, más bien me da repugnancia. Aun así le daré una oferta: dejaré a uno de ustedes con vida, mientras que el otro se quedará en este callejón. ¿Lo comprenden, verdad?
Alice (CONVENCIDA). Ninguno de los dos no sortearemos ni decidiremos quién vivirá o no. Se lo advertimos, no intente lastimarnos...

Adrian. ¡Llévesela a ella! Que vida ya ha gozado, ya que veinte primaveras son despreciables a veintiséis otoños.

Grupo de alcohólicos. ¡¡¡Uuuuuuhhhhh!!!

EL TELÓN SE CIERRA MIENTRAS EL CORO DE ALCOHÓLICOS VA DISMINUYENDO EN INTENSIDAD, THOMAS DUDA DE LO QUE DEBE DE HACER, ALICE SE SIENTE OFENDIDA Y ADRIAN TIEMBLA AÚN MÁS.

29 junio, 2010

A seguir buscándola, pero ¿hasta cuándo?


PRIMER ACTO

LA ESCENA SE DESARROLLA EN LAS CALLES DE LA PLAZA VIEUX MARCHÉ (PLAZA DEL VIEJO MERCADO) EN RUÁN, FRANCIA (1695). CASI TODO EL AMBIENTE ESTÁ EN PENUMBRAS, EL SOL YA ESTÁ POR OCULTARSE, MIENTRAS LOS ÚLTIMOS RAYOS DE LUZ ATRAVIESAN LOS ESPACIOS QUE DEJAN LAS TIENDAS A SU ALREDEDOR, DEJANDO VER A DOS JÓVENES, ADRIAN Y ALICE, BESÁNDOSE MIENTRAS INTERCALAN ALGUNAS FRASES DE PASIÓN, HASTA QUE UN CHICO, FABIEN, LOS VE Y VA A SU ENCUENTRO, POR UNA RAZÓN: ÉL ESTÁ ENAMORADO DE ALICE.

Adrian (BESANDO EL CUELLO DE ALICE). ¡La pasión, bendita pasión, que nos une hoy, que nos unirá por siempre, que no lo dude nadie!

Alice. Eres el hombre de mi vida, tus palabras estremecen mi corazón, excitan mis sentidos, tú eres mío, por siempre serás, tú...

Fabien (DEJÁNDOSE VER POR UN HAZ DE LUZ, LOS ITERRUMPE). ¡Oh, esas palabras duelen, me duelen en demasía, escucharlas de ti me vuelven vulnerable, oh, como me gustarían que fueran para mí, pero no lo son!

Adrian (SORPRENDIDO). ¡¿Quién eres tú?!... ¿lo conoces Alice?

Alice. Sí, lo conozco. Es el chico que me atosiga, del que te hablé hace unos días.

Adrian. Claro que recuerdo mi Alice, claro que lo recuerdo... y ahora que lo tengo cara a cara tengo que decirle a usted, que jamás...

Fabien. (INTERRUMPIENDO A ADRIAN). ¡Yo no he venido a desperdiciar mis palabras con usted!; la causa de mi presencia es quitarle la venda a la mujer que me desvela todas las noches, darle a entender que no está con el hombre de su vida, haciéndole entender que...

Alice (INTERRUMPIENDO A FABIEN). ¿Acaso no se lo dejé claro, señor? ¿No entiende acaso que mi corazón es ya de otro, que sus intentos vanos sólo se quedarán en eso, en intentos vanos?

Fabien (CONVENCIDO). Las palabras que salen de sus labios son causadas por el encantamiento de este... de este... de este joven. Y es que usted debe saber que, a pesar de su desdén, jamás me limitaré a sólo observar, porque el amor se cultiva, se moldea, a través del tiempo, y el que lucha con perseverancia por él, jamás perderá.

Adrian (SONRIENDO). Me he dado cuenta, que sólo eres una copia barata del majestuoso William Shakespeare. Lo único que me parece sorprendente es que no te canses, que a pesar de que mi amada te lo repita, no te rindes.

Fabien. Tendré que dirigir mis palabras hacia ti, por lo que has dicho. Quizás tu mente se ha ofuscado, pero, válgame Dios, ¿compararme con Shakespeare? ¡Qué honor!... Y llegando al segundo punto, usted tiene razón, sus palabras son ciertas, jamás me rendiré, porque lucho por el am...

Adrian (UN POCO ENOJADO). No diga tonterías, ¡no es amor!, claro que no lo es. Y deje de seguir a Alice, o tendré el disgusto de matarlo en una contienda.

ADRIAN Y ALICE SE ALEJAN DE LA PLAZA, DESAPARECIENDO EN LA OSCURIDAD QUE LA NOCHE TRAE CONSIGO, MIENTRAS FABIEN SE QUEDA SÓLO.

Fabien (DIRIGIÉNDOSE AL PÚBLICO). ¿Ustedes creen que me quedaré sin hacer nada? ¿Creen que no he preparado ya algún plan? Sí, lo tengo, y es por ello que no los he seguido, pero ahora que ya no me ven los buscaré y la venda por fin será de sus ojos arrancada.

ACTO SEGUIDO, FABIEN SALE CORRIENDO HACIA DÓNDE FUERON ADRIAN Y ALICE. SE CIERRA EL TELÓN