29 junio, 2010

A seguir buscándola, pero ¿hasta cuándo?


PRIMER ACTO

LA ESCENA SE DESARROLLA EN LAS CALLES DE LA PLAZA VIEUX MARCHÉ (PLAZA DEL VIEJO MERCADO) EN RUÁN, FRANCIA (1695). CASI TODO EL AMBIENTE ESTÁ EN PENUMBRAS, EL SOL YA ESTÁ POR OCULTARSE, MIENTRAS LOS ÚLTIMOS RAYOS DE LUZ ATRAVIESAN LOS ESPACIOS QUE DEJAN LAS TIENDAS A SU ALREDEDOR, DEJANDO VER A DOS JÓVENES, ADRIAN Y ALICE, BESÁNDOSE MIENTRAS INTERCALAN ALGUNAS FRASES DE PASIÓN, HASTA QUE UN CHICO, FABIEN, LOS VE Y VA A SU ENCUENTRO, POR UNA RAZÓN: ÉL ESTÁ ENAMORADO DE ALICE.

Adrian (BESANDO EL CUELLO DE ALICE). ¡La pasión, bendita pasión, que nos une hoy, que nos unirá por siempre, que no lo dude nadie!

Alice. Eres el hombre de mi vida, tus palabras estremecen mi corazón, excitan mis sentidos, tú eres mío, por siempre serás, tú...

Fabien (DEJÁNDOSE VER POR UN HAZ DE LUZ, LOS ITERRUMPE). ¡Oh, esas palabras duelen, me duelen en demasía, escucharlas de ti me vuelven vulnerable, oh, como me gustarían que fueran para mí, pero no lo son!

Adrian (SORPRENDIDO). ¡¿Quién eres tú?!... ¿lo conoces Alice?

Alice. Sí, lo conozco. Es el chico que me atosiga, del que te hablé hace unos días.

Adrian. Claro que recuerdo mi Alice, claro que lo recuerdo... y ahora que lo tengo cara a cara tengo que decirle a usted, que jamás...

Fabien. (INTERRUMPIENDO A ADRIAN). ¡Yo no he venido a desperdiciar mis palabras con usted!; la causa de mi presencia es quitarle la venda a la mujer que me desvela todas las noches, darle a entender que no está con el hombre de su vida, haciéndole entender que...

Alice (INTERRUMPIENDO A FABIEN). ¿Acaso no se lo dejé claro, señor? ¿No entiende acaso que mi corazón es ya de otro, que sus intentos vanos sólo se quedarán en eso, en intentos vanos?

Fabien (CONVENCIDO). Las palabras que salen de sus labios son causadas por el encantamiento de este... de este... de este joven. Y es que usted debe saber que, a pesar de su desdén, jamás me limitaré a sólo observar, porque el amor se cultiva, se moldea, a través del tiempo, y el que lucha con perseverancia por él, jamás perderá.

Adrian (SONRIENDO). Me he dado cuenta, que sólo eres una copia barata del majestuoso William Shakespeare. Lo único que me parece sorprendente es que no te canses, que a pesar de que mi amada te lo repita, no te rindes.

Fabien. Tendré que dirigir mis palabras hacia ti, por lo que has dicho. Quizás tu mente se ha ofuscado, pero, válgame Dios, ¿compararme con Shakespeare? ¡Qué honor!... Y llegando al segundo punto, usted tiene razón, sus palabras son ciertas, jamás me rendiré, porque lucho por el am...

Adrian (UN POCO ENOJADO). No diga tonterías, ¡no es amor!, claro que no lo es. Y deje de seguir a Alice, o tendré el disgusto de matarlo en una contienda.

ADRIAN Y ALICE SE ALEJAN DE LA PLAZA, DESAPARECIENDO EN LA OSCURIDAD QUE LA NOCHE TRAE CONSIGO, MIENTRAS FABIEN SE QUEDA SÓLO.

Fabien (DIRIGIÉNDOSE AL PÚBLICO). ¿Ustedes creen que me quedaré sin hacer nada? ¿Creen que no he preparado ya algún plan? Sí, lo tengo, y es por ello que no los he seguido, pero ahora que ya no me ven los buscaré y la venda por fin será de sus ojos arrancada.

ACTO SEGUIDO, FABIEN SALE CORRIENDO HACIA DÓNDE FUERON ADRIAN Y ALICE. SE CIERRA EL TELÓN

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me he dado cuenta, que sólo eres una copia barata del majestuoso William Shakespeare