31 julio, 2016

Hablando de mi amigo

¿Definirlo? ¿Podría definirlo? Quizás… un tipo con manías femeninas, usando estereotipos antiguos. Es la definición más rápida que viene a mi mente. Pero no me quedaré sólo en pocas palabras. Quiero que lo conozcan mejor.

Renato. Cabello ondulado, metro setenta, de contextura delgada y sin marcada musculatura. Veintitantos años y uno de los más apuestos en la universidad según la opinión de una decena de mujeres. Un tipo repleto de bromas instantáneas, que suelen rozar con lo cruel o atrevido. Un hombre terriblemente sincero en algunas ocasiones, un niño escandalosamente fingido en otras.

Mi amigo no siempre fue honesto conmigo. Al principio llenaba de mentiras nuestras conversaciones. Ninguna importante, y sin embargo, éstas hacían que no confiara plenamente en él. Recuerdo que nos unió más un problema acerca de una mujer, que yo reconocí tardíamente que me gustaba, mientras él no lo dudó. Aun así no fue hasta que conocí a Valeria que pude confiar abiertamente mis problemas ¿Por qué?... Ése es tema para otra historia.

Desde hace una década he sido reservado, callado y muy metido en mis pensamientos, o al menos suelo serlo cuando no estoy en confianza con las personas que me rodean. Así conocí a Renato. En esa continua rumia de ideas en mi cabeza. No recuerdo exactamente cómo nos conocimos, pero puedo asegurar que aprendí a conocerme más porque me apoyó en muchos momentos decisivos de mi vida. Valeria y él me ayudaron a reencontrarme con mi “yo” del pasado.

Espero aprender más sobre mi amigo, el joven carismático y sarcástico, con el tiempo. Espero compartir más situaciones jocosas y crecer con su ayuda. Espero que de alguna forma él pueda crecer con la mía.