05 enero, 2019

Pero los poemas no resueltos (Poema LXXI)

Suelo escribir todas las tardes en esta habitación.
Pero son letras que no traspasan el lirismo de mi cabeza.
En las paredes que no me reconocen ya, pinto otras emociones.
Un día sí, otro no.
Y en ese constante parpadeo, mi ego se diluye.
Y el aire se enrarece y todo es sofocante.
Y mi pluma ya no escribe ni destruye.
¡Qué terrible inspiración!
Ya no juego con mis recuerdos, ni los vuelvo poemas.
¿Será acaso éste el fin del camino?
¿Acabose mi dulce obcecación?

(Escrito el 10/10/16)