10 junio, 2017

Poema LXVII

Es sublime sentir la fragancia de su cabello
cuando ella se rinde ante mi pecho.

Mis latidos se descontrolan
cuando, así
me mira y sonríe.

Y beso su frente
y sus mejillas se ruborizan.
Y siento su palpitar,
también agitado, unirse al mío.

Una melodía única e irrepetible se forma.
Envolviéndonos hasta quedar dormidos.

(Escrito el 05/02/16)

comunidad PTB )

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