25 noviembre, 2009

¿Qué significan tus ojos?

Y el tiempo transcurría, ella con su mirada fija, la que usaba para pensar, meditar en aquellos recuerdos que su mente le traía. Y yo conversando con mis amigos, riendo, pero con mi subconsciente siempre aguardando, esperando que esos ojos se entrelacen con los míos, que me dedique un silencio cálido, una motivación para tener un día alentador.
Así muchas semanas pasaron, buscando su mirada hasta poder encontrarla y así me sentía feliz. Y mi cuerpo se paralizaba, esto me gustaba, que ella con sólo dirigir sus pupilas hacia las mías pudiera renovar mi día.
Aunque sabía que esos ojos no eran para mí, aunque sabía que esos rojizos y provocativos labios nunca rozarían a los de este tonto soñador sincero, aunque sabía que no todos los días se sentaría con sus amigos en aquel camino, el cual estaba justamente cerca de donde yo la miraba, yo aun así la quería.

Sólo metros de distancia, pero yo veía kilómetros para acercarme a ella, un recorrido con un abismo que sólo con mi fuerza y voluntad podía superar...
Nunca, quizá le hubiera hablado hasta ese Viernes, ése que marcó mi vida...

Estaba sólo, mis amigos se habían quedado en el salón, así que como siempre busqué su mirada, pero esta vez no la encontré. Giré en todo sentido, vi el camino, el comedor, el campo de fútbol, el huerto y nada.
No había salido al recreo, no estaba y cuando ya me sentía resignado a dejar de buscarla, una mano suave, cálida y fría a la vez, tocó mi hombro, presionándolo con delicadeza. Era ella, me quedé pálido, es por esto que me dijo:

- No sólo tu me buscabas, yo también lo hacía, porque tenemos una conexión especial, un lazo único, somos hermanos...

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