12 febrero, 2010

Reviviendo la vida de alguien, que lastimosamente no conocí

Siempre podrás elegir entre diferentes caminos, y cada uno te llevará a muchos más. Lo importante es que sepas mostrarte firme cuando elijas alguno...

Estas palabras fueron lo último que escribió Hernán Gutierrez Espinosa, afamado delincuente. Entre los cargos que se le imputaron estaban: desobedecer a la autoridad, portar armas sin licencia, asesinato y robo.

Su caso fue comentado desde su estancia en prisión hasta después de varios años de su muerte. Despertó gran polémica por su supuesta alteración mental, que extrañamente no fue investigada en los meses que estuvo detenido. Por este motivo muchas personas apoyaban a Gutierrez, y también otra gran parte se mantenía convencida de que estaba en sus cabales cuando realizó los crímenes.

Desde su encarcelamiento su familia se mostró apartada, nunca quiso dar declaraciones a la prensa, y cuando Gutierrez murió, ésta desapareció del pueblo. Nunca más se supo de ella, algunos decían que lo habían dejado todo para comenzar de nuevo en Europa, otros declararon haberlos oído una noche queriéndose vengar del juez y de toda su familia; mas nunca se supo el verdadero destino de la familia Gutierrez Espinosa.

Hernán Gutierrez Espinosa, era el segundo de cinco hijos. Vivía en una pequeña choza, apartada de la ciudad, y a unos kilómetros del pueblo donde cometió su primer crimen. Esto quizá fue uno de los puntos claves que marcó su vida: la poca comunicación con el mundo exterior. Ya de adolescente, buscó la oportunidad de ser alguien en la vida. Fue hasta la ciudad donde conoció a gente nueva, y de entre esas personas estaba una chica de la cual se enamoraría perdidamente.

Cada cierto tiempo regresaba a su casa porque los trabajos que conseguía eran fugaces como sus amistades. Cada dos o tres meses ya estaba buscando un nuevo trabajo y nuevos amigos. Lo único que le había durado, era su familia, su deseo de superación y la amistad de la chica por la que él estaba dispuesto a hacer cualquier locura.

Él sabía que Beatriz, era la persona por la cual debía luchar. Por eso siempre quiso darle lo mejor a ella. Pero, al no tener ni siquiera suficientes ingresos para poder vivir, no dudó en robar. En su familia esta palabra no existía. Lo único que había era disciplina estricta, que desde pequeño recibió, pero esto no incluyó ninguna charla de valores. Dentro de él sabía que tomar algo ajeno estaba mal, pero si era por ella, no importaba.

No podía robar en la ciudad, porque era novato y lo agarrarían fácilmente. Ese fue el consejo que le dio un amigo. Y ese mismo día que recibió el consejo fue al pueblo. Ya allí, él y un par de amigos asaltaron dos tiendas, saliendo del pueblo como simples turistas. Con el dinero que obtuvo le compró una cadena, dos peluches y un gran ramo de rosas a Beatriz. Ésta le preguntó de dónde había sacado el dinero para comprarlo, sabiendo de su condición social, mas la respuesta que recibió no terminó de convencerla: había conseguido un nuevo trabajo, en el que le habían adelantado el sueldo.

Y así comenzó la carrera delincuencial de ese hombre que lastimosamente no logré conocer. La facilidad con la cual se conseguía el dinero, llevó a que él convirtiera el robo en su forma de sobrevivir.

No hay comentarios: